Thursday, July 16, 2020

NOTGELD DE PRISIONEROS

El dinero de emergencia, uno de los temas que más nutren este blog, se produce normalmente en situaciones excepcionales o de conflicto, y, de acuerdo con la inexorable Ley de Gresham (que muy básicamente explicada viene a decir que el dinero "feo" desplaza de la circulación al "bonito"), llega a todos los rincones de las sociedades que se ven obligadas, por la vía de los hechos consumados o por imperativo legal, a utilizarlo. Por lo tanto no es de extrañar que llegue también a uno de los ámbitos más visibles y muchas veces estremecedores de las guerras como son los campos de prisioneros. Estos lugares, en los que se concentran personas por lo general al servicio de un ejército enemigo capturadas en tiempos de guerra, se multiplicaron durante la Segunda Guerra Mundial pero no eran ni mucho menos una novedad. El efecto cada vez más devastador de las guerras durante el siglo XIX se tradujo en un aumento de víctimas colaterales, especialmente la población civil, pero también un número significativo de combatientes heridos o capturados. Dentro de la búsqueda de un comportamiento civilizado durante los conflictos bélicos las sucesivas convenciones de La Haya y Ginebra establecieron entre otras cuestiones cuál debía ser el trato que debían recibir los prisioneros de guerra capturados por el enemigo. Debía ser siempre un trato digno, en el que los internos recibieran en todo momento el alimento, vestimenta o atención sanitaria necesarias y estuvieran protegidos de cualquier comportamiento degradante, tortura o trabajos forzados peligrosos para su vida o integridad física.

Dinero alemán de campo de prisioneros de 1917 correspondiente a
Oberhausen (German Gems: the Encyclopedia of German notgeld

No obstante, en ningún caso se impedía que los prisioneros pudieran mantenerse ocupados durante el tiempo de su cautiverio. De hecho, uno de los aspectos que tratan estas convenciones es el del derecho a recibir una remuneración por su trabajo. Los campos de prisioneros pueden alcanzar en muchos casos unas dimensiones considerables, llegando a convertirse en pequeñas ciudades cuyos habitantes requieren de una serie de bienes y servicios básicos: alimentación, ropa, artículos de limpieza e higiene, medicinas, reparaciones y mantenimiento...son unos pocos ejemplos que implican una serie de actividades en las que los prisioneros de guerra, además de consumidores, pueden convertirse en agentes activos, contribuyendo con su trabajo o habilidades. Una cantina o una enfermería, además de ser útiles a los internos podían dar trabajo a muchos de ellos. 

No tendría mucho sentido poner en circulación dinero oficial en un contexto como este, ya que no podía contemplarse que los prisioneros lo utilizaran fuera de los límites del campo. De esta manera, con el fin de organizar mejor el funcionamiento de los campos de prisioneros, las propias autoridades militares se encargaron en muchos casos de autorizar la emisión de dinero de emergencia para que circulara exclusivamente en ellos. Se trataría por lo general de cupones de baja calidad, con un diseño simple y una impresión pobre, algo que en estas circunstancias no podía preocupar menos a sus usuarios. 

Los campos de prisioneros (aquellos compuestos en su mayor parte por combatientes, no entramos hoy en otro tipo de instalaciones mucho más siniestras) se multiplicaron durante la Segunda Guerra Mundial, durante la cual estuvieron presentes en todos los continentes llegando a formar parte de la cultura popular gracias a la literatura, el cine (quién no recuerda clásicos como La Gran Evasión o El Imperio del Sol) y la televisión.  Dos décadas antes tuvo lugar otro conflicto internacional en el que el estancamiento de los bandos beligerantes provocó entre otras cosas una masificación de prisioneros de guerra, que tuvieron que ser internados tanto en territorios de los imperios centrales como en los controlados por los aliados. El billete de hoy hace referencia a uno de estos campos de prisioneros situado en Avignon (Francia), pero al analizarlo se pueden ver una una serie de características que no encajan con lo que corresponde al dinero emitido en ellos. 

Anverso del notgeld de 1921 de la Comunidad de Prisioneros de Avignon
(Gefangenen Gemeinde)

Lo primero, es su elaborado diseño. Como comento más arriba, el dinero de los campos de prisioneros no tiene apenas decoración, consistiendo en muchos casos en simples cupones con una impresión deficiente. En este podemos ver dos escenas en el anverso: a la izquierda una imagen del interior del campo y a la derecha otra un tanto melancólica de una mujer en su casa con dos niños pequeños, sin duda familiares de un prisionero de guerra. Para rematar, el reverso muestra un poema del escritor nacionalista Rudolf Herzog, al que aludiremos más adelante. 

Segundo, no es habitual que el dinero de un campo de prisioneros se denomine "notgeld" (dinero de emergencia), ni que esté íntegramente en alemán si se ha emitido en un campo de prisioneros en Francia. El término que aparece impreso en los billetes de prisioneros de guerra es "gefangenenlager", es decir, "campo de prisioneros". Además, su valor está expresado en marcos y francos (5 y 50 cts. respectivamente) algo que no tiene mucho sentido. Lo lógico es que, al tratarse de un campo situado en una localidad francesa, fuera un vale expresado en francos y en lengua francesa. 

La fecha tampoco parece encajar. Parece ser de finales de 1921, exactamente tres años después del fin de la contienda, haciendo una referencia expresa a la Navidad de ese año (Weihnacht 1921). Esto sí podría tener cierta lógica, ya que parece ser que el campo de prisioneros de Avignon en el sureste de Francia sí retuvo alemanes hasta esas fechas. Aunque el Tratado de Versalles, que entraba en vigor en Enero de 1920, obligaba a la devolución de los prisioneros de guerra a sus respectivos países, permitía ciertas reservas a los vencedores. Estas reservas se reflejaban en el artículo 219, que estipulaba que aquellos prisioneros de guerra y civiles internos en espera de condena o cumpliendo condena por delitos distintos de los que atentaran contra la disciplina podían ser detenidos por periodos más largos. 

Reverso con el poema de Rudolf Herzog y las firmas de los presos

El contenido del billete es además una arenga patriótica en si mismo, algo que ningún campo de prisioneros (más aún el de un país vencedor) aceptaría. En la parte de arriba del anverso se lee "redención: el día de la libertad" y el reverso reproduce el poema al que antes aludía, que, gracias al traductor de Google (con las limitaciones propias de este tipo de herramientas, pero tremendamente útil para los que desconocemos totalmente el idioma) dice algo así como


Le da a una madre su precio de vida 
Alemania, Alemania
que ella conoce a los niños en esclavitud oh, madre alemania
y buscas honor en la tormenta de la libertad
con los niños que miran en la torre de la prisión
allí ella yace encadenada en vergüenza en gris
llama a tu libertad primero
y aparta a tus hijos
de lo profundo a lo ancho

Una estrofa que es completada con la firma del autor (Rudolf Herzog, que por lo visto años después destacó por sus simpatías indisimuladas hacia el nacionalsocialismo) y la de los que aún permanecían prisioneros en Avignon. 

Pues bien, todo indica que este billete no fue realmente dinero gefangenenlager sino el resultado de una iniciativa privada de la comunidad de Neuhaus en Westfalia que reclamaba la inmediata repatriación de los prisioneros que aún permanecían en Francia. El estado de estos internos preocupaba no solo a sus familias, sino también a la opinión pública y a los representantes políticos, que consideraban su situación como una humillación añadida a las que Versalles ya había infligido a los alemanes. Aprovechando la popularidad de los notgeld a principios de la década de 1920, que muchas veces servían más como artículo de coleccionismo que como dinero de emergencia, este billete trataba de sensibilizar acerca de la situación de los presos. No me ha quedado claro, tras acceder a la historia más detallada que he podido encontrar acerca de este billete (https://www.geldscheine-online.com/post/die-kriegsgefangenen-von-avignon) si se trató de una iniciativa de los propios reclusos, de un intento de captar fondos, de un artículo dirigido a coleccionistas o simplemente de una estafa. Si alguien conoce el idioma alemán y tiene un momento para leer la historia completa, agradecería de veras un poco de ayuda. 

Sea como fuere, no deja de ser, como todo el dinero notgeld, una pequeña pieza de historia. En este caso, de un hecho que suele pasar desapercibido en los libros de historia. Al fin y al cabo, cuando estudiábamos el Tratado de Versalles, ¿qué espacio dedicábamos a los prisioneros de guerra? 


German Gems - The Ecyclopedia of German Notgeld, by Anthony John Gibbs-Murray, copyright 2014 www.notgeld.com
https://en.wikipedia.org/wiki/Geneva_Conventions
https://www.pmgnotes.com/news/article/2895/POW-Camp-Money/
https://www.mintageworld.com/blog/war-camp-money-pow-camps/
https://www.geldscheine-online.com/post/die-kriegsgefangenen-von-avignon

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